Quilmes. Catamarca

lunes, 6 de junio de 2011

Quizá les haya pasado en alguna ocasión, quizá alguna vez caminando por la calle les pareció ver entre el tumulto de la gente a una persona a la que amaron hace mucho tiempo. Apenas fue un instante, un breve destello de luz, el suficiente como para dejar una quemadura en la retina y en el alma, el suficiente para dejarte paralizado en mitad de la acera sintiéndote a contracorriente de todo. Sin saber muy bien qué hacer o qué decir. Y se le llena a uno la cabeza de recuerdos. Y el caso es que no estás seguro de que se trate de esa persona porque primero fue, como digo, un breve instante, y en segundo lugar porque hace tanto tiempo desde la última vez que os visteis que... todos hemos cambiado en este tiempo, y tu también aunque a veces te niegues a reconocerlo. Y está bien que así sea. El caso es que entonces uno queda dudando en mitad de la acera pensando si no sera que uno confunde la realidad con el deseo;quiero decir que quizá sí se trate de esa persona pero a lo mejor no, a lo mejor uno lo desea tanto que la inventa entre la gente. Desapareciendo y apareciendo, apareciendo y desapareciendo. Y no digo que quedara algo urgente por decir, algo pendiente. Quizá no sea eso, quizá sea un deseo inconsciente y uno solo quiere encontrarse con esa persona para decirle cualquier tonteria; quizá para recuperar un retazo de aquellos tiempos en los que eramos eternos e invulnerables. Quizá solo para decir: ¿qué ha sido de ti en todo este tiempo?, ¿qué fue de nosotros?, ¿qué ha sido de mi?.

/ISMAEL SERRANO.-

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